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Roberto Giordano, una de las figuras más icónicas del mundo de la peluquería y la moda, falleció en las últimas horas en Buenos Aires tras una intervención cardíaca. A los 74 años, el estilista argentino se despidió dejando un legado inigualable en el ámbito del estilismo, reconocido por su famosa frase: “¡No me peguen, soy Giordano!”, y por sus deslumbrantes desfiles internacionales.
Radicado en Uruguay desde hacía años, Giordano se había trasladado a Argentina para someterse a un cateterismo en el Instituto de Diagnóstico, buscando estabilizar su delicada salud. El peluquero, quien contaba con tres bypass previos, había anticipado en entrevistas que quizás necesitaría otro stent para cuidar su corazón.
Además de su carrera profesional, Giordano enfrentó momentos polémicos, como la reciente condena a tres años de prisión por insolvencia fraudulenta. A pesar de ello, destacó su gratitud por la calidad de vida en Uruguay, donde encontraba tranquilidad y una vida más sencilla: “Acá se cuida a todo el mundo, porque el que rompe paga”, declaraba sobre su experiencia en Maldonado.
El nombre de Roberto Giordano quedará asociado no solo a su impacto en el mundo de la peluquería, sino también a su extravagante personalidad y su contribución a la moda a nivel global.
