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Britney Spears y Sam Asghari se dieron el 'sí, quiero' en una ceremonia que estuvo a punto de ser asaltada por su exmarido, Jason Alexander, que fue detenido.
La vida de Britney Spears siempre está marcada por hechos insólitos, y su tercera boda no fue la excepción. Britney Spears y Sam Asghari se convirtieron por fin en marido y mujer, a pesar de los inconvenientes sucedidos en la boda.
Se trató de una íntima ceremonia celebrada en su casa de Thousand Oaks que estuvo a punto de verse empañada por la aparición de su primer esposo, que consiguió colarse en la casa antes de que le detuviera el equipo de seguridad de la cantante.
Aunque la artista no ha compartido imágenes del evento en sus redes sociales, según informa la revista 'People', lució un vestido de novia de Versace creado por la propia Donatella Versace, que fue una de las invitadas al enlace. El traje dejó los hombros descubiertos, con una abertura que dejaba ver las piernas en un lado y un clásico velo blanco con ribete de satén. Sam complementó el look de Britney con un esmoquin de Versace.
Después de la ceremonia, llegó el momento de celebrar. En la fiesta, Britney se transformó en tres looks más. A un mini vestido negro le siguió un conjunto bicolor y, por último, un mini vestido rojo, todo de Versace.
Según indica la versión británica de Vogue la pareja no tuvo un primer baile, pero Selena Gomez, Madonna y la novia bailaron juntas "Toxic", seguidas por Paris y Britney cantando "Stars Are Blind".
Al final los recién casados se fueron a bordo de un Rolls Royce alrededor de las diez de la noche mientras los asistentes les despedían con bengalas en la mano.
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