De perfil bajo pero con firmeza, Tato construyó su juego paso a paso. Con autenticidad, humor y una estrategia basada en vínculos genuinos, logró posicionarse entre los favoritos del público. Las encuestas que circulan en redes sociales, y que marcan tendencia, lo colocan en los primeros lugares de preferencia, disputándose el trono con Ulises Apóstolo y Luz Tito, los otros dos finalistas.
A diferencia de otros participantes, Tato apostó por no caer en enfrentamientos innecesarios, optó por el compañerismo y logró tejer una red de apoyo en el afuera que no ha parado de crecer. En Argentina y Uruguay, su nombre suena con fuerza: miles de seguidores, clips virales y campañas espontáneas para convertirlo en el nuevo campeón.
La gran final, que se emitirá este martes 24 de junio por Canal 10 promete romper récords de audiencia. La gala donde se anunciaron los tres finalistas ya había marcado picos de 20 puntos de rating, una cifra que confirma que el fenómeno sigue más vigente que nunca.
Si Tato gana, Uruguay lograría algo histórico: dos triunfos consecutivos en el reality argentino, algo inédito desde que el formato se instaló en la región. Y más allá de los votos o las estrategias, hay algo que está claro: el fenómeno Tato cruzó fronteras y llegó para quedarse.



