Emir Abdul: "Estoy viviendo un gran sueño"

El uruguayo es un fenómeno mundial. Tiene 4 millones de seguidores en Instagram, casi 3 millones de suscriptores en Youtube y otros siete millones en Tiktok. Hoy, hizo historia, al convertirse en el primer coreógrafo y bailarín en firmar un contrato con Warner Music.

Baila para ser feliz, y su energía no pasa desapercibida ya que inspira a millones de personas alrededor del mundo. Es difícil imaginar cómo Emir Abdul Gani, un joven uruguayo que se crió en un barrio humilde de Montevideo, logra llegar a tanta gente. La respuesta se desprende rápidamente al echar un vistazo al impacto que tiene en redes sociales. Tiene 4 millones de seguidores en Instagram, casi 3 millones de suscriptores en Youtube y otros siete millones en Tiktok. Emir es un verdadero fenómeno mundial, él es el claro reflejo de cuánto ha cambiado la industria de la música en los últimos años, y en especial, desde que el Covid19 cambió todo el esquema del mundo. Días atrás, Emir hizo historia al convertirse en el primer coreógrafo y bailarín en firmar un contrato con la discográfica Warner Music, embanderándose con la labor de realzar el rol de los bailarines como artistas, a la par de los músicos. “Espero de esta forma abrir un nuevo espacio para los bailarines —que también somos artistas— y así seguir dándole el protagonismo al baile en el mundo de la música. Mi misión además, es seguir empujando contenidos más inclusivos donde personas de diferentes culturas y cuerpos diversos puedan cumplir su sueño y animarse a bailar. Estoy convencido que mientras uno confíe en uno mismo puede lograr cualquier cosa”, sentenció al momento de poner la firma que lo llevará a trabajar con los artistas más importantes del mundo.

Su talento no pasó desapercibido por Marcelo Tinelli, quien meses atrás lo convocó a formar parte de La Academia, como coach de Karina, La Prin- cesita. Su participación quedó stand by por un tiempo debido a los compromisos laborales.A pesar de este éxito arrollador y obtenido en tiempo récord, el joven no pierde su humildad ni sus valores. El momento de regresar a casa para ver a su madre y sus hermanos es siempre el más esperado. “Mamá está enojada conmigo porque una noche no le respondí”, contaba semanas atrás en sus redes mientras planificaba la sorpresa que les daría al volver de una gira de tres meses. Ya instalado en México como primer destino de su gira, que continuará por EE.UU, Emir conversó con CARAS sobre este gran momento que define como un sueño cumplido.

—¿Cómo está viviendo esta experiencia de la gira mundial?

—Esta gira estaba planeada desde el 2019, la idea es recorrer 15 países. Consiste en visitar ciudades y allí dar clases de hora y media donde se trabajan distintas disciplinas. La idea es compartir con otros bailarines. Me parece mágico que a través de una pantalla haya podido conocer bailarines de todo el mundo.

—¿Qué tal fue la experiencia de La Academia, el programa de Tinelli?

—La Academia sigue, es algo nuevo. Estoy en una etapa de mi vida en la que decidí salir de mi zona de confort, y esto fue algo muy diferente a lo que había hecho hasta ahora. Conocía Argentina pero ir a vivir allá y trabajar fue otra cosa. Estaba lejos de mi familia, amigos y alumnos. Fui parte de uno de los programas más vistos de Latinoamérica. Yo pongo la coreo, la música, la puesta en escena, el vestuario y el movimiento de cámara. Fue un trabajo complicado y nuevo. Los desafíos te impulsan a crecer, y sin dudas fue un gran desafío para mí. Es un ritmo de trabajo intenso.

—¿Cómo es su vínculo con Karina La Princesita?

—Karina es increíble, tengo un vínculo muy personal con ella. La siento como parte de mi familia. Ella me llama “chiquito”, “bebé” (risas).

—¿Tiene previsto en esta nueva etapa trabajar con algún artista famoso?

—No puedo adelantar mucho, pero al firmar con Warner se abre el camino para colaborar con artistas. La idea es que el bailarín ahora sea un artista y no un relleno. Sin dudas la idea es hacer colaboraciones con artistas famosos. Warner Argentina es un sello donde me siento muy cómodo y apoyado.

—¿Soñó alguna vez que todo esto podía pasarle?

—Sin dudas estoy viviendo mi sueño, me siento bendecido. Recuerdo que años atrás, cuando estudiaba en Argentina, soñaba con dar clases en ese país. Logré hacer una gira y agotar siempre por muchas provincias. Dormía dos horas por día. Cuando terminé la gira le decía a mi productor que quería que nos llamaran de otros países, y así fue. Nos llamaron de México, Paraguay, Costa Rica, Venezuela, España, EEUU. Estoy muy feliz. El límite está en la cabeza de uno, si te lo proponés, lo podés lograr.

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