Andrea Menache: “Este emprendimiento es en honor a mi padre”

A ella una de las situaciones más adversas de la vida le dio impulso para salir adelante. Andrea Menache es una de las tantas personas que se vieron duramente afectadas por la pandemia por Covid19. La comunicadora se enfrentó al peor de los escenarios: la repentina muerte de su padre. Siguiendo los consejos que tantas veces escuchó de quien fue su gran referente en la vida, la comunicadora se lanzó a emprender, venció sus miedos y, por fin, se animó a proyectar un negocio vinculado a la moda. Fue así qué surgió El Beso, su tienda de ropa ubicada en La Barra. Desde su casa en Laguna Blanca, en Manantiales, la comunicadora y —ahora también empresaria —contó cómo es la nueva vida que asumió, lejos de su zona de confort pero mucho más cerca de sus sueños. 

—¿Cuándo y cómo surge la posibilidad de lanzar su propia marca? 

—Siempre he estado vincula- da de manera muy estrecha al mundo de la moda, la decoración y la estética. Viví en Francia desde mis 15 hasta casi 22 años y uno de mis primeros trabajos fue para la popular revista Elle en París. Sin duda que ese contacto cercano con la industria de la moda a esa edad profundizó mi admiración por ella, y desde entonces, está la ilusión de sacar adelante un proyecto propio. Abrir una tienda con esas cosas que me enamoran y me encantan, piezas atemporales con personalidad que no pasan desapercibidas era un pendiente que tenía y lo hablé muchas veces con mi padre. Él fue un gran emprendedor, creativo y audaz para los negocios y me aconsejaba mu- cho, pero yo siempre fui muy cautelosa y me daba miedo. Cuando era niña, mi padre y mi tío tuvieron una zapatería que fue muy conocida en Montevideo, y recuerdo bien esas tardes que jugaba entre zapatos. Creo que la idea de tener mi propio emprendimiento viene gestándose desde hace mucho tiempo, pero con la partida de mi padre este año, esa idea se convirtió en algo que debía hacer como una promesa que tenía que cumplir. 

 

—¿Cuánto incidió la pandemia en los cambios de su vida? 

—Sin duda que la pandemia cambió las reglas del juego de la vida. En mi caso, despertó una faceta que tenía relegada, como una oportunidad de reinventarme. El tiempo pasa muy rápido y uno parece estar distraído con el diario vivir y va relegando aquello que en su momento puso como objetivo de vida, o va dejando atrás sus sueños por las obligaciones y responsabilidades cotidianas. El Covid se llevó a mi padre de una manera horrible, como le pasó a muchos, y mi manera de enfrentar lo que vivimos fue transformando el dolor y la impotencia en una fuerza positiva, llenándome de energía y creando algo lindo, construyendo algo que realce el legado de mi padre. Todos tuvimos miedo, ansiedad e incertidumbre por igual. Apareció un sentimiento de solidaridad que si bien siempre existió entre los uruguayos, se hizo más evidente durante la pandemia

—¿Cuál fue su principal aprendizaje? 

—Apreciar realmente la vida, ya que puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Y que deberíamos vivir cada instante como si fuera el último. También a valorar y reconocer lo que verdaderamente significa un abrazo, un beso, el estar cara a cara con la gente que queremos y expresarles lo que sentimos.  La importancia de trabajar en equipo para lograr metas y que todos podemos aportar nuestro pequeño pero gran valioso granito de arena para seguir avanzando. A valorar cada día el esfuerzo de los maestros, a pasar más tiempo con los abuelos. Y uno de los tantos aprendizajes es el de reinventarnos, de buscar lo mejor de nosotros, de probar cosas nuevas que nunca nos habíamos animado a hacer por miedo. Pero creo que por sobre todo aprendimos a valorarlo que tenemos y lo afortunados que somos al seguir disfrutando de la vida. 

—¿Cuál es el principal desa- fío a la hora de emprender? 

—Salir de la zona de confort y afrontar los miedos. Asumir los riesgos. Estar dispuesto a aprender y a equivocarse. Seguir a tu instinto pero pedir consejos y escuchar a los que tienen experiencia. Lo más importante es armar un buen equipo y confiar. 

—¿Cómo se involucra su familia, especialmente sus hijos en su nuevo emprendimiento? 

—Me ayudan en lo que pueden aunque ellos tienen sus actividades y responsabilidades, pero siempre están dispuestos a dar una mano en lo que necesite. Están muy entusiasmados con esta aventura y quieren formar parte de alguna manera. 

—¿Disfrutan de la moda tanto como usted? 

—Ellos tienen una relación con la moda muy relajada y son otras prendas que favorecen a otras. Hay colores que le van muy bien a unas, y otros tonos que le quedan mejor a otras. Hay que descubrir cuáles son las fortalezas y las debilidades de cada una y con esa información jugar y potenciar nuestra imagen. En El Beso traemos muy pocas piezas de cada modelo para que sean exclusivas y abarcamos todos los talles, se buscó tener opciones para to- dos los cuerpos. 

—¿Qué cosas prioriza hoy luego de haber atravesado tantos cambios? 

—Las mismas de siempre: la familia, los amigos, la buena compañía, el compartir con los seres queridos, el celebrar la vida y la libertad. 

—¿Cómo ve los medios ahora que está alejada de las cámaras? 

—Creo que finalmente hay una tendencia en darle lugar a lo local con propuestas que reflejan lo mejor de los uruguayos y el Uruguay. Respetando las diferencias de opinión y creencias. Mostrando lugares divinos de nuestro país que son casi desconocidos para muchos. Brindando la oportunidad de descubrir personalidades y costumbres que hacen tan único al Uruguay. Celebro esa mirada introspectiva que nos da la oportunidad de conocernos más y sentirnos orgullosos. Por otro lado, también creo que la TV se ha empeñado en enseñarnos a cocinar (risas), es increíble la cantidad de programas culinarios al aire que hay en este momento. 

—¿Le gustaría estar en algún reality ahora que hay tantos que incluyen famosos? 

—En el único reality que quiero estar es en el de mi propia vida en este momento, y que me tiene bastante ocupada, ¡además no cocino muy bien! (risas). 

Fotos: Pablo Kreimbuhl. Texto: Victoria Rapetti.

Maquillaje y peinado: Jorge Cruz. Estilismo: El beso.