domingo 06 de octubre del 2024
NUEVA EDICIóN 31-07-2023 11:46

Agustin Casanova: "Hoy estoy en una relación abierta"

Agustín junto a su banda están preparando para el 2024 los 10 años de Márama. Contó que será el show más grande que se haya visto, que habrá una gira por toda Latinoamérica, y que varios artistas internacionales versionarán temas de la banda.

Es la primera vez que un medio de prensa entra a su casa. Agustín Casanova y CARAS tienen un vínculo que se construyó diez años atrás. En ese entonces, Agus era un adolescente que estaba experimentando los primeros meses de fama, y llegó a la cita en patines. Ahora, el equipo de la revista es quien lo visita, y él nos recibe descalzo, con un beso de bienvenida y un mate para compartir. El apartamento que adquirió hace un año tiene una vista privilegiada al Lago Calcagno, que él valora enormemente. No tiene televisión en el living, y eso tiene una explicación: prefiere enfocarse en disfrutar de la naturaleza que lo rodea y de las conversaciones con sus amigos, cocinando y compartiendo momentos especiales juntos. Su madurez y sabiduría se reflejan en su aprecio por el tiempo y la atención plena, haciendo que cada instante en su refugio sea realmente valioso.

Agustin Casanova, exclusivo CARAS.

 

Agustín abrió por primera vez  las puertas de su casa y habló sin prejuicios. Confesó que está en pareja pero que prefiere no exponerla, y que hoy apuesta al poliamor. También contó que antes derrochaba más el dinero, pero ahora aprendió a cuidarlo  e invertirlo responsablemente.

  —En el 2024, por lo 10 años de Márama tiene previsto muchos festejos, entre ellos, nuevos temas, una mega gira y también piensan convocar otros artistas para versionar temas de la banda. ¿Cómo vive este proceso?

   —¡Genial! Todavía no podemos contar quiénes son los artistas que vamos a convocar para hacer los hits de la banda pero con su impronta. Manejamos artistas uruguayos, argentinos y españoles. La gira va a ser por toda Latinoamérica. Es el show más producido y grande de la banda. Nunca producimos un show con un año de anticipación. Va a ser muy profesional. 

   —Pasaron casi diez años, crecieron juntos, han ido desarrollando nuevas necesidades. ¿Tienen alguna que otra “maña” por haber entrado en los 30?

  —¡Sí! Pero por el contrario a lo que muchos podrían pensar, han sido para bien. Al estar más maduros, ya nos conocemos, y eso hace que ya no tengamos discusiones o peleas. Nos conocemos mucho. Antes si uno estaba de malhumor no sabíamos cómo manejarlo para no acentuarlo. Hoy por hoy nos entendemos y nos queremos como una familia. Si a alguno le pasa algo, no es motivo de chiste, sino que lo sabemos llevar. Este es el mejor momento de la banda.

   —Quienes conocen la banda de cerca saben que las personalidades y estilos de vida de los integrantes son muy distintas, sin embargo lograron una total sinergia. ¿Cómo lo hicieron?

   —No teníamos más remedio. Cuando pasás tanto tiempo de gira, o entendés cómo es la vida en equipo o quedás por fuera. Hay códigos entre nosotros que son clarísimos, también hay una dinámica de trabajo que es exigente, los compromisos laborales son lo primero.

Agustin Casanova, exclusivo CARAS.

   —¿Y en lo musical se ha puesto más exigente con el paso del tiempo?

   —A nivel de producción tal vez sí, porque voy aprendiendo cada vez más. También entiendo las limitaciones del género. La cumbia tiene un grado de sencillez que es lo que la hace bailable y divertida. En los shows soy más profesional pero tengo más capacidad de disfrute. Por ejemplo, si antes tenía un problema técnico, me ofuscaba, ahora ya no. Mucha gente a medida que crece se pone más cascarrabias, pero no es mi caso, yo disfruto más. La pandemia me enseñó que nunca se sabe cuándo va a ser el último show. Hoy entiendo que no es válido lo que estoy haciendo si no lo disfrutamos todos.

   —Además del gran grupo de amigos, ¿qué más le ha dado Márama?

   —Me dio todo. En lo que refiere a vínculos sociales, a mis sueños, me permitió cumplir todas mis metas, desde las sentimentales hasta las financieras. Eso es porque tengo la banda detrás, apoyándome. Es lo más importante que me ha pasado. 

   —Hace un año se mudó a este apartamento. ¿Es la primera propiedad que compra?

   —Antes de esta compra había adquirido otras propiedades, pero no con el propósito de vivir en ellas, sino como inversiones. Mi carrera en la música, los comerciales y la ficción han sido grandes aliados desde el punto de vista financiero. Sin embargo, debo admitir que con el tiempo, he aprendido a manejar mis recursos de forma más madura y responsable. En mis inicios, quizás era más derrochador e inmaduro, pero hoy me he educado en temas financieros y he adoptado una visión más prudente en cuanto a mis decisiones económicas.

   —¿Cómo logró educarse para manejar tan bien sus finanzas?

   —Me eduqué en finanzas siendo autodidacta, leyendo, viendo documentales y relacionándome con expertos. Lo considero muy importante. ¡Me he vuelto una especie de maestro! Transmito estos conocimientos a mi equipo y creo que la educación financiera debería ser parte de la formación básica en el liceo.

Agustín Casanova en CARAS

   —¿Aprendió a los golpes o siempre cuidó mucho el dinero?

   —Antes de Márama no tenia dinero, y cuando empecé a generarlo no sabía cómo manejarlo. No me gustaba hablar de dinero con nadie, me generaba ansiedad y angustia. Evitaba hablar de esos temas. Desde mi ignorancia, al principio gastaba mucho. Me excedía en ropa cara, autos. Luego fui aprendiendo que no es algo malo el dinero, y que hay que cuidarlo. Es muy usual entre los artistas, especialmente en el género urbano, que hagan plata muy rápido y que se excedan en sus gastos. Yo lo hice al principio, pero estudiando crecí.

   —Bueno pero gustitos se da…

   —Sí, claro. Reconozco que gasto de más en zapatillas y computadoras. Me he dado mis gustos en los autos también.

   —¿Le dedica muchas horas a los videojuegos?

   —Sí, me gusta. Es un cable a tierra, además por las giras estoy poco con mis amigos, es una forma de estar juntos a distancia. Jugamos a Valorant y Dota.

Agustín Casanova en CARAS

   —En su tiempo libre cocina y hasta hizo la decoración de su casa.

   —Sí, me gustan ambas. No sé si soy bueno decorando pero lo disfruto. Muchas veces me piden consejos mis amigos. Para este apartamento me inspiré en cosas que busqué en internet, y además me encanta ir a locales de decoración. Pregunto mucho. Estoy a gusto con el resultado de mi casa, pero está siempre en movimiento, cambio mucho. También me gusta ordenar, limpiar, meditar en mi tiempo libre. Medito en el balcón o en el lago, incluso muchas veces me doy baños helados por los beneficios que tiene para la salud. Lo hago hace mucho tiempo, tengo entrenamiento para hacerlo, y me ayuda a vencer mis límites y barreras mentales.

   —Hace poco contó que la fama no siempre se disfruta, especialmente por la exposición…

   —La fama tiene sus pros y contras. En Uruguay, siendo un país pequeño, la exposición puede ser abrumadora. Aunque la mayoría es respetuosa, hay momentos en los que la presión y las expectativas pueden ser difíciles de manejar. Como todo el mundo, tengo buenos y malos días, y a veces la gente no lo entiende. He pasado por etapas en las que no me sentía preparado para la atención constante, pero también es gratificante recibir cariño y sentir el apoyo de los fans. Aquellos que tiran “hate” son los que no entienden, y dicen que no nos podemos quejar porque vivimos de lo que nos gusta, nos va bien, etc.

   —¿Está en pareja?

   —Sí, estoy en una relación abierta.

   —¿Apuestan al poliamor? 

   —Sí, claro. Nos sentimos bien así, nos entendemos muy bien. Me siento más cómodo en una relación abierta. Mi relación anterior, que duró casi tres años, también fue abierta y fue genial. Se requiere madurez y aprendizaje para tener una relación abierta, y es fundamental el respeto.

   —¿La presentaría?

   —No, ella no es del medio, por lo tanto mejor no. La vez que se supo que estaba de novio no me fue bien, se desvirtuó todo y terminamos por separarnos. Así que prefiero preservar esta relación. 

 

 

Fotos: Pablo Kreimbuhl. Texto: Victoria Rapetti.

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