El amor no tiene una explicación lógica, y las historias que marcan nuestras vidas tampoco. Así fue la relación entre Selva Alemán y Arturo Puig, dos gigantes del teatro y la televisión argentina que, a pesar de todos los obstáculos, construyeron una historia de amor que duró más de 50 años. Con el fallecimiento de Selva el 3 de setiembre de 2024, queda un legado imborrable de amor y complicidad que se convirtió en un símbolo para muchos.

CARAS fue uno de los medios que más acompañó a esta pareja en su recorrido, celebrando cada hito importante en su relación. De hecho, la última entrevista que Selva y Arturo concedieron juntos fue en el canal CARAS TV, donde repasaron su historia desde el comienzo, un amor a primera vista que, aunque comenzó siendo prohibido, logró vencer todas las barreras.

Selva y Arturo se conocieron en 1974 durante la primera lectura de los guiones de la telenovela "Fernanda, Martín y nadie más". Aunque la producción no fue un éxito rotundo, ese encuentro marcó el inicio de una vida juntos. “Cuando nos dimos la mano, sentí que me reencontraba con alguien de mi familia”, recordó Selva en la entrevista, mientras que Arturo, cautivado desde el principio, confesó que siempre la había admirado.

Sin embargo, su amor no fue sencillo. Ambos estaban casados en ese momento, y Puig era padre de dos hijos. “Teníamos que fingir lo que realmente nos pasaba”, comentó Selva. No fue hasta que ambos tomaron la difícil decisión de sincerarse con sus respectivas parejas que pudieron vivir su amor en libertad. Este camino no estuvo exento de crisis y separaciones, pero siempre encontraban la forma de volver a estar juntos.

A lo largo de su vida, Selva y Arturo compartieron momentos que la revista CARAS no dejó pasar, como su discreta boda civil en 2001 y su luna de miel en Boston. “Disfrutamos mucho viajar, especialmente por los recuerdos que quedan”, comentó Arturo en una de sus muchas entrevistas.

A pesar de las crisis que atravesaron, como Selva misma relató: “En 50 años tuvimos crisis muy agudas. Yo hacía la valija y me iba”, siempre supieron reencontrarse. Arturo, en tono de complicidad, admitió: “Yo también me he ido, pero menos”.

Este amor, que desafiaba el tiempo y las circunstancias, se convirtió en un modelo para muchos, mostrando que las verdaderas historias de amor están hechas de respeto, complicidad, y sobre todo, un profundo entendimiento mutuo.

El legado de Selva Alemán no solo vive en sus brillantes actuaciones, sino también en la historia de amor que compartió con Arturo Puig. Su vida juntos es un testimonio de que, incluso en un mundo de relaciones fugaces, el amor verdadero siempre encuentra la manera de perdurar.