El sol de otoño, con temperaturas muy cálidas, acompañó una semana entera de gastronomía al aire libre de la mano de los chefs argentinos Francis Mallmann y Vanina Chimeno. Del 22 al 26 de abril, la pareja protagonizó el ciclo de cocina organizado por Manzanar y Río Café, desplegando un programa de experiencias exclusivas y con cupos limitados.
Con su estilo inconfundible y su enfoque en la cocina de fuegos, Mallmann y Chimeno ofrecieron dos demostraciones de cocina en vivo, donde prepararon dos menúes completos y compartieron técnicas secretas. Entre las recetas preferidas por los presentes destacaron unos ajos blancos con higos, un raviol espiral, un lomo con alcaparras, aceitunas y anchoas, y una torta de naranja invertida.
Durante las clases de cocina, el chef oriundo de la Patagonia reflexionó sobre los orígenes de sus preparaciones y compartió algunos mensajes inspiradores acerca de su percepción de la gastronomía. “La cocina se trata de contrates, opuestos y disidencias”, afirmó. “Me gusta el frío y el calor, así como el ácido y el dulce. La armonía es para los niños, los adultos debemos animarnos a sabores contradictorios”. Estas dos instancias significaron la primera vez que Mallmann brindó clases de cocina en Montevideo.
Además, el ciclo se complementó con almuerzos y cenas de temáticas especiales en ambos restaurantes. Una cena de fuegos abrió las cocinas de Manzanar, mientras que, al otro día, se celebró en Río Café el aniversario por sus dos años. El broche de oro fue un almuerzo de sándwiches y fuegos en la plaza Rostand. Con entrada libre, el evento preferido por Francis convocó centenares de comensales dispuestos a disfrutar de seis estaciones de sabores diferentes.
La idea de desplegar este homenaje a la cocina de fuegos surgió el invierno pasado en conjunto entre las familias Barbero y Mallmann. “Para nosotros era muy importante que el festejo de los dos años de Río Café fuera en familia, ya que es un pilar fundamental en nuestra forma de vivir y trabajar la gastronomía”, cuenta Jimena Barbero, codirectora de ambos restaurantes junto a su hermana Victoria y su padre Gustavo. “Francis y Vanina son familia para nosotros, empezamos a convivir con ellos desde el año 92 cuando Francis y papá abrieron su primer restaurante en la playa mansa de José Ignacio. Ese fue el comienzo de una amistad que, al día de hoy, celebramos y compartimos generación a generación”.



