Nunca imaginó que la llegada de su primer hijo iba a colmarla tanto. Pero la realidad es que desde el 22 de noviembre de 2011, la vida de Lucila Rada se llenó de un amor puro e inocente que sólo Salvador (9 meses) sabe transmitir. Pese a las pocas horas de
sueño por día, la hija mayor de Rúben Rada no cambia por nada esta “hermosa locura” de ser mamá, y desde Buenos Aires, donde vive
junto a su pareja, Santiago Stein, y su pequeño, contó a CARAS en exclusiva cómo vive esta etapa nueva maravillosa. —¿Cómo fue la experiencia del parto? —La verdad que los últimos días antes del nacimiento fueron de mucha ansiedad y de hacer todos los malabares posibles para que Salvi naciera por parto natural, pero el gordo estaba muy cómodo, así que a la semana 41 decidimos hacer una cesárea que fue súper tranquila, con mucho amor y padre presente. En 20 minutos ya estábamos todos felices en la habitación, yo medio zombie pero plena y muy bien acompañada por mi familia adorada.