viernes 26 de abril del 2024
SALUD 06-12-2021 15:18

Qué hacer para que los perros no sufran golpes de calor en verano

Así podremos evitar un descuido que puede ser mortal en los meses más calientes del año

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Las altas temperaturas comienzan a hacerse sentir, y en muchos casos son los animales los primeros en advertirlas. Para los perros un golpe de calor puede ser un verdadero problema para su salud, dado que no disponen de glándulas sudoríparas repartidas por el cuerpo, únicamente pueden regular la temperatura mediante los jadeos, y eliminar el sudor a través de las almohadillas de sus patas.

 

¿Cómo detectar un perro acalorado?

Se puede detectar por la aceleración del ritmo cardíaco del perro, acompañada de jadeos con presencia de babas, y de una respiración rápida y nerviosa, estos son algunos de los síntomas de un golpe de calor en perros más evidentes. Dicha situación siempre conlleva a que su temperatura corporal alcance más de 42ºC, teniendo en cuenta que el nivel medio óptimo en perros es de 38 a 39ºC.

 

Con el golpe de calor se produce una disminución de azúcar y sales en el cuerpo de tu perro y  puede manifestarse mediante la presencia de temblores, debilidad muscular y falta de equilibrio. En algunos casos, también pueden presentarse vómitos y diarreas, ante la presencia de estos síntomas debes acudir inmediatamente a tu veterinario de confianza.  

Cuando tu perro tiene un golpe de calor, sus mucosas y encías pueden adquirir un color azulado debido a la falta de oxigenación en sangre. El perro puede llegar a perder la conciencia, y sufrir daños mayores tales como hemorragias, insuficiencia renal o hepática, daño cerebral, e incluso fallo multiorgánico.

 

¿Qué hacer si esto sucede?

Es importante mantener la calma y actuar de forma rápida y eficiente. Es fundamental consultar a un veterinario, pero previamente asistirlo y aplicar los primeros auxilios. El primer objetivo es hacer que su temperatura corporal descienda, por lo que es conveniente ir mojándolo continuamente con agua, ni fría ni caliente. Evita cubrirlo con toallas, o someterlo a medidas extremas como el baño en agua muy fría o uso de cubitos, sin prescripción veterinaria. Procura que vaya bebiendo agua fresca sin acelerarse. Ni mucha, ni muy rápido, para que vayan estabilizándose sus niveles de hidratación. Una vez estés en la clínica veterinaria, describe con detalle el episodio que ha sufrido. 

 

 

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